Tal y como

Tal y como somos. Ahora mismo. En este momento. Sin que nada ni nadie nos cambie. Como de verdad somos. Lo que de verdad pensamos y lo que de verdad sentimos. Nada más. Solo eso. Mostrándonos reales ante todo lo demás, sin miedo, sin miedos, sin preocupaciones. Solo nosotros, ante todo lo demás. Uno, dos, tres. Respira hondo. Abre los ojos. ¿Ves? Eres de verdad. Esto es de verdad. Eres natural. Exactamente como eres, como quieres ser, y no como otros quieren que seas. ¿Te das cuenta? Se lo estás mostrando al mundo y... éste sigue girando. El mundo está como estaba.

Y ahora los días ya no parecen tan grises como antes, ni tus ojos tienen el mismo color. Ojalá los pudiera describir, una simple cosa... que parece tan imposible para mí. ¿Cómo empezar? ¿Qué decir primero? ¿El color? ¿Lo que transmitían? ¿Lo que se reflejaba en ellos? Supongo que... lo único que se me viene a la mente son un montón de palabras desordenadas, casi tanto como lo estaba mi cabeza hace un par de meses, y casi tan poco como lo está ahora.

Ja-ja

Hay cosas que a pesar del paso del tiempo y de las diversas putadas con las que nos puede llegar a obsequiar el día a día, siguen intactas. Una de ellas; el sentido del humor. Algo que es casi tan importante como la cafeína, pero que muy pocos le dan la importancia que se merece. Y por eso nadie se pregunta, ¿a dónde iríamos a parar sin él?