"Enamórate por acciones, no por palabras", decían. Y es que tenían razón. Y tanta, tantísima, que como buenas personas que éramos, irracionales, impulsivas, desconfiadas, no nos lo creímos. No les hicimos caso y así acabamos, como estamos ahora. Míranos, fíjate bien. ¿Quién puede decir que en algún momento fuimos capaces de querernos? Lo que hace el amor, que todos dicen que es bueno, pero no tienen ni idea de lo que hablan. Te destroza por dentro y te deja una tristeza que no puedes arreglar.

Ahora nos ponemos a pensar, y nos damos cuenta de lo ciertos que estaban. Que si alguien no te demuestra algo, no te fíes; porque las palabras, al igual que el olor de esa colonia, acaban desapareciendo.

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Nada es tan claro como el presente. El pasado, en cambio, es tan... moldeable. Y el futuro... bueno, el futuro es sólo una caja con trozos de papeles brillantes. Tan brillantes y cautivadores que no puedes esperar a coger un puñado para tenerlos en tu mano. Me entiendes, ¿no? Claro que si, siempre lo hiciste.

El tiempo vuela y las cosas pasan.

Necesitaba un descanso de todo aquello, así que me lo tomé y salí fuera a respirar un poco. ¡Qué casualidad que justo en el momento en el que salí por la puerta, tú pasabas con tu coche rojo de camino hacia casa de sabe Dios qué tío! Pero no me importó, porque a pesar de que aún te seguía recordando, tu vida seguía siendo mucho más triste que la mía. Y, por una parte, eso me alegraba.

El cómo, cuándo y dónde deja de tener tanta importancia a medida que vas entendiendo las cosas. Lo que te importa es llegar a realizar lo que de verdad quieres y no cómo, cuándo o dónde pase. Y las oportunidades que los demás pierden, se deben a que solamente esperan al momento perfecto.

Digo yo, ¿no sería mejor hacer lo que de verdad te apetece en el momento?
De otra manera, corres el riesgo de olvidarte.

20 de abril, del 90.

 Como se suele decir, mejores cosas vendrán. Pero yo, sinceramente, no creo que lleguen mejores tiempos que los que estamos viviendo ahora, en los que podemos hacer lo que queramos sin preocuparnos de sus consecuencias.
 Hoy, como ayer y como casi todos los días, he pensado en toda la gente que tengo a mi alrededor y que no quiero dejar en el camino. Y, como siempre, he pensado en los mismos. En los de siempre. En ti y en él. En vosotros.

Antes de las 9:00 am.

"Pero antes de que te vayas, me gustaría decirte un par de cosas. No es que crea que te vayan a hacer cambiar de opinión o tomar decisiones diferentes, pero es que estos días no he dejado de darles vueltas en la cabeza, y creo que es importante que las sepas. Primero, te quiero agradecer no haberte ido de mi lado durante este tiempo, que si, que ha sido corto y puede que no lo hayamos aprovechado del todo, pero te lo quiero agradecer de todas  maneras,  porque de la misma manera en la que personas que han estado ahí siempre, esta vez no lo han hecho, y tú sí. También te quería agradecer esos abrazos imprevistos o esas palabras de ánimo hacia cosas por las que yo no habría dado ni un céntimo; por esos planes que, aún sabiendo que no los íbamos a poder llegar a realizar, tú los preparaste y los pensaste de todas maneras, por lo tanto, también te doy las gracias por eso. ¡Ah! Y por esas tardes en las que te sinceraste conmigo y hablamos de cosas de las que nunca habíamos hablado con nadie. Pero no quiero que pienses que solo te vengo a dar las gracias para que sientas remordimientos por las decisiones que tomaste y las cambies, no. Aborrezco lo pesado que eres con ciertos temas, o las actitudes o reacciones que tienes cuando te digo o hago algo. No soporto esas veces que se te da por comportarte como un niño pequeño o esas en las que te niegas a escuchar todo lo que te quiero decir. Tampoco me gusta que no quieras entender lo que te digo ni que te olvides de ciertos planes ni que me hagas andar mucho. No aguanto no poder conocer ciertas partes de tu vida. Pero aún así, te voy a echar de menos.  Y te quiero decir que aunque esto haya sido breve y que seguro que tú me olvidarás nada más coger ese tren, yo no lo haré, y me acordaré con una sonrisa de las tardes de lluvia y las noches de verano. Gracias, por lo bueno... y por lo malo."

Sinrazón

  Cuando las flores que guardo en ese libro gordo de la estantería de mi habitación hayan perdido todo su color, tendré que plantearme en comenzar a buscar nuevos caminos en mi vida.

who?

Esto es así.  Ellos te dejan con el culo al aire en un sitio completamente desconocido y esperan que te las sepas arreglar solo.