viernes, 29 de noviembre de 2013

" - Piensa que no fue así y ya está. Si hubiera pasado... hubiera pasado, pero lo importante es que no pasó.
 - Lo importante eres tú. "

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Mi queridísima queridísima queridísima

Gracias por nada, desde siempre. 
Nunca te interesaste en saber qué pensaba, cómo me sentía o qué tal estaba cada día, ni siquiera cada semana. Así que no esperes que te mire con amabilidad, ni siquiera con neutralidad,  de hecho, no me voy a rebajar a mirarte a la cara. Gracias, de nuevo.
Espero que dentro de un tiempo, vuelvas la vista atrás y te des cuenta de los fallos que cometiste y que la culpa de las cosas no la tuvieron los demás, como les hacías creer, si no tú. Siempre fuiste tú.

Y así, cuando te oiga pedir ayudar y gritar por ella, seguiré caminando orgullosamente sin darme la vuelta. Más o menos, como hacías tú.

jueves, 21 de noviembre de 2013

De mi para ti.

Creo que sabes más que de sobra lo importante que eres para mi y lo mucho que siempre te quise y te quiero. Aunque no está de más recordarlo de vez en cuando.
Las mañanas, las tardes, las noches... siento sonar cursi al decir que pasar el tiempo contigo no es malgastarlo ni una pérdida de tiempo.
Se me vienen tantas cosas y tantos recuerdos a la mente al pensar en ti... que me agobio y no sé qué escribrir.
No eres perfecto, como tampoco yo ni nadie lo es, pero a mi me llegas así y no me hace falta más.
Siento que no eres consciente de lo mucho que me has ayudado a lo largo de estos años... y me gustaría que te dieses cuenta de que, si no fuera por ti, es más que seguro que ahora mismo no estuviera la mitad de bien que estoy.



Para terminar, creo que deberías saber que nunca eché a alguien tanto de menos como te pude llegar a echar a ti...

viernes, 8 de noviembre de 2013

Lembranzas

Era como se a cada paso que daba rompía un pouquiño máis. Tan fráxil... que magoábase se pensaba. Ninguén comprendía como podía ser así. Pero claro, creo que está de máis dicir que foron eles mesmos os que a converteron no que é hoxe. Sen poder pensar por si mesma e tan desgraciada que xa non sentía as gotas de chuvia que mollaban a súa branca pel. Os seus ollos eran dunha cor marchita, esa que non inspira ledicia algunha e que pesa tanto. Os mesmos que tiñan vellas engurras de rir moitos anos antes.