domingo, 30 de junio de 2013

Casi un día menos.



Un minuto y digo adiós. Demos paso a un nuevo mes y a lo que éste pueda traer consigo, ya sea bueno o malo.
Tenemos que aprender a enfrentarnos a las cosas tal y como nos vienen, de frente. Hay que tener siempre una respuesta para cualquier cosa que nos puedan decir, no te vas a quedar callado mirando.

Decimos adiós y al mismo tiempo decimos hola. Incoherencias varias.

sábado, 29 de junio de 2013

Todo esto va de pensar. De sentarte un momento en cualquier sitio y darle vueltas a la cabeza. De pensar en las personas. En esas que están todos los días a tu lado pero que en realidad no lo están tanto. ¿Me entiendes? Si, me refiero a esas que cuando las llamas te contestan pero cuando gritas parece que no están. A esas cuidalas, pero no les des tanta importancia como a las otras. Y con éstas me refiero a las que parece que no están, pero que en realidad sí. Esas a las que echas de menos y que dedicas un minuto de tu tiempo cada día a hacerles un hueco en tu pequeña cabecita. Son las que valen la pena, las que si te das la vuelta las vas a volver a tener delante de ti. Que si algún día te encuentras mal estarán delante de tu puerta para darte un abrazo. Son esas a las que ves por la calle y gritas como si hubieras visto a tu cantante favorito. Las que con una simple sonrisa, te pueden alegrar el día.

lunes, 24 de junio de 2013

La vida está llena de incoherencias, cada uno de nosotros lo estamos. Y por eso yo creo que somos tan complicados y le damos mil vueltas a una misma rotonda, porque no sabemos a dónde ir. Lo cual por una parte es bueno, si supiéramos siempre a dónde ir, ¿no sería todo mucho más aburrido? Antes tenía miedo de eso, de no saber hacia dónde caminar y qué camino escoger cuando se presentase un cruce, ahora ya no.
Y me acuerdo de algo que me dijo hace tiempo alguien importante:  
"Izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha. Y para volver, al revés."

domingo, 23 de junio de 2013

lunes, 10 de junio de 2013

Na terceira lectura


  Si te paras a pensar en todo; en el día a día, en los pequeños detalles, en las sonrisas vagas, en los saludos nerviosos, en las miradas perdidas... te das cuenta de tantas cosas. Cosas pequeñas, tan pequeñas que por eso mismo no habíamos reparado en ellas antes, pero que pueden significar un gran avance, o un gran retroceso. Son todas esas cosas las que te ofrece la vida, en su mayor o menor medida, las que no apreciamos y que por otra parte tienen tanta importancia... 

  Un día triste, un cielo gris, una nube que pasa lenta y que amenaza lluvia. La semana se tiñe de un color oscuro, ese que no nos gusta nada y que nos inspira desconfianza. Pero a lo mejor, si aprendemos a darle valor a todas esas pequeñas cosas que nos da una mano amiga, la vida no se volverá tan gris; ni hoy, ni mañana... ni a lo mejor tampoco los lunes.