Me enamoré de la mañana y de la forma en la que sonreía cuando algo le
parecía gracioso. Me enamoré de sus pequeños detalles y del último libro
que leí. Me enamoré de cómo caminan los gatos y del olor a pan tostado.
Me enamoré del viento fresco a las nueve de la mañana de un día de
julio y de lo fácil que le parecía solucionar los problemas. Me enamoré
de la voz de John Lennon y de la forma en la que escribía la letra f. Me
enamoré de todo y más, pero no me enamoré de él.
Te sigo. Donde no hay chispas, no puede haber fuego.
ResponderEliminarPodremos ser unos enamorados de la vida, hasta cuando se demuestre lo contrario.
ResponderEliminarHermosa entrada, te espero por mi blog
Saludos!