sábado, 16 de febrero de 2013

Con olor a café


Me enamoré de la mañana y de la forma en la que sonreía cuando algo le parecía gracioso. Me enamoré de sus pequeños detalles y del último libro que leí. Me enamoré de cómo caminan los gatos y del olor a pan tostado. Me enamoré del viento fresco a las nueve de la mañana de un día de julio y de lo fácil que le parecía solucionar los problemas. Me enamoré de la voz de John Lennon y de la forma en la que escribía la letra f. Me enamoré de todo y más, pero no me enamoré de él.

2 comentarios:

  1. Te sigo. Donde no hay chispas, no puede haber fuego.

    ResponderEliminar
  2. Podremos ser unos enamorados de la vida, hasta cuando se demuestre lo contrario.

    Hermosa entrada, te espero por mi blog
    Saludos!

    ResponderEliminar