jueves, 25 de julio de 2013

6 y 38

Cogió la libreta de tapa dura roja que estaba encima del escritorio, un bolígrafo negro y escribió, justo en la primera página, la fecha de ese día. Miró por la ventana. Era 15 de mayo y hacía sol, mucho sol, que se intentaba colar entre las ramas de los árboles y llegaba tímidamente hasta el banco que estaba debajo. Había visto tanto; discusiones de parejas, reencuentros, la primera caída de un niño en su nueva bici... Una chica, rubia, llegó y se sentó. Eran las 6 y 35 de la tarde. Se quedó observándola mientras ella miraba el paisaje. No parecía tener prisa, de hecho, parecía que tenía todo el tiempo del mundo para esperar, pero no lo necesitó. Un chico llegó, llevaba unos zapatos verdes. Eran las 6 y 38 de la tarde y cerró su libreta sin haber escrito nada todavía.

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