domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Y cuántos más...?

Los constantes recordatorios de que no estamos haciendo nada bien y de que tenemos que centrarnos más. Los gritos para que nos demos más prisa en llegar a la meta. Esas voces que no te paran de decir que tienes mejorar y sobrepasar los límites y ser mejor cada día, mejor de lo que eras ayer y peor de lo que serás mañana. Con todo eso encima no me extraña que cada vez nos hundamos más. Hagamos lo que nos apetezca y no lo que los demás quieren. Algo que me debería de aplicar también a mí misma.


1 comentario:

  1. La verdad es que esas presiones no nos afectan positivamente sino que nos dan miedo al pensar que tal vez no estamos haciendo algo bien y eso nos hunde..
    Besos.

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